Agotaba mis últimos momentos como jugador juvenil de fútbol de la J. D. Arrate, cuando fui requerido por el Presidente Pedro M. Arroitajauregi para entrar a formar parte de la directiva. Una vez incorporado pude comprobar que nos enfrentábamos a un grave problema que podía cuestionar la continuidad del club. En Eibar existía un sólo campo de futbol que, además de acoger los partidos del primer equipo, debía dar cabida a los dos equipos juveniles (Urko y J.D. Arrate) que cada 15 días tenían que utilizar Ipurua, lo que creaba una situación insostenible que nos obligaba a jugar como local en los campos de Deba (Errotazar), Elgoibar (Lerún) y Markina (junto a la fábrica de morteros Esperanza y cia.)) en numerosas ocasiones. El conflicto se resolvió con la absorción por parte del Eibar de la estructura de la J.D. Arrate que, en lugar de optar por su disolución, decidió orientar la capacidad de gestión de su directiva a un nuevo deporte: EL BALONMANO.
El reto era importante, puesto que, al margen de los deportes asociados a la montaña y la caza, los únicos deportes que tenían cabida en Eibar eran el fútbol y la pelota. En paralelo a los trabajos de la burocracia asociada a los permisos federativos, comenzamos por la captación de jugadores, para lo que no tuvimos más remedio que acudir a los chicos que estudiaban o habían estudiado fuera de Eibar y practicado el balonmano. Así se consiguió conformar un grupo de los que recuerdo a Ramón Idígoras, Javi Balenciaga, Miro, Jaipo Aldazabal, Julio Askasibar, Amatiño, los elgoibarreses Aranberri, Gabilondo y Patxi Zabaleta (mi más sinceras disculpas a las omisiones). Comenzaron los entrenamientos en el patio del Colegio de Isasi en Junio de 1.965 y en Setiembre de ese mismo año se jugó el primer amistoso.
A los directivos nos tocaba hacer de casi todo. Comento dos de los cometidos que se me asignaron (entre otros) que darán una idea cercana a la realidad de aquellos momentos.
Los partidos se celebraban en la Plaza de Unzaga, junto al quiosco. Las porterías se guardaban durante la semana en el patio que había en los bajos del Ayuntamiento, junto a los calabozos, y dos directivos nos encargábamos de transportarlos (a mano) hasta el terreno de juego, devolviéndolos al acabar el partido a su sitio. Aparte del peso físico de las porterías, en los dos trayectos debíamos soportar las bromas (por utilizar un calificativo amable) de los “machotes” que consideraban al balonmano un deporte de chicas. Además del socorrido “marichicas” competían entre ellos a la búsqueda del calificativo más ingenioso y más ridiculizante, a veces con notable éxito. Para nosotros era un alivio el depositar las porterías en el Ayuntamiento hasta el siguiente partido.
En otro orden de cosas, el nuevo deporte no generaba un excesivo interés en la prensa local. Se recogían los resultados y una escueta crónica de los partidos de casa pero no se daba cobertura a los partidos de fuera. Ese fue otro de los cometidos que se me encomendó y así tanto el Diario Vasco como La voz de España pudieron dar cuenta de aquellos partidos. Este fue un trabajo mucho más gratificante que el de las porterías. Gracias a él tuve la ocasión de conocer (y padecer en algunos casos) escenarios que forman parte de la leyenda del balonmano en nuestra provincia. Me estoy refiriendo al frontón Uranzu de Irún, a la plaza de Pasajes San Juan con un lateral del campo pegando a la bocana del puerto y tantos otros campos que quedaron marcados para siempre en la memoria de este deporte.
Comenzaba así un recorrido que permitió al balonmano llevar el nombre de Eibar a todos los rincones del Estado siempre asociado a esos valores que identifican a nuestro pueblo. Luego llegaría la consolidación y el desarrollo, los yugoeslavos, la Uni, el Polideportivo, los mejores equipos compitiendo en Eibar…. pero ya habrá quien se ocupe de contarles esos aspectos.
A mí me parece de justicia cerrar estas líneas con la simetría que supone el colocar el nombre de Fernando Navarro (primer entrenador del Arrate) junto a la ilusionante realidad del Arrate Eibar Eskubaloia actual.
Aúpa Arrate Eibar Eskubaloia
MIKEL LARRAÑAGA