El equipo masculino firmó un empate justo pero sufrido frente al Uharte en un partido que tuvo de todo: altibajos, emoción y un desenlace lleno de nerviosismo. El inicio fue complicado para los eibarreses, ya que el Uharte tomó rápidamente ventaja de hasta seis goles en el minuto 15. Sin embargo, el equipo armero supo reaccionar, ajustando su defensa y aprovechando errores del rival para recortar distancias. Al descanso, el marcador reflejaba solo un gol de diferencia.
La segunda mitad mostró otra cara del Eibar Eskubaloia. Con un gran esfuerzo colectivo, lograron ponerse por delante en el marcador, pero la falta de acierto en los momentos clave y desajustes defensivos en los minutos finales evitaron que cerraran el partido. Finalmente, un empate que, pese al sabor agridulce, resulta positivo si recordamos que el año pasado no lograron sumar puntos frente al Uharte. Además, con la derrota del Barakaldo, los armeros ascienden a la cuarta posición de la tabla, manteniéndose en la lucha por los puestos altos.
Por otro lado, el equipo femenino vivió un partido para olvidar en Basauri. Desde el comienzo, el encuentro se torció, con la lesión de Garazi que limitó las opciones de las eibarresas desde el primer minuto. El Basauri aprovechó esta situación, imprimiendo un ritmo demoledor en los contraataques que dejó a las visitantes sin respuesta. Para el minuto 15, el marcador ya señalaba un contundente 11-4.
En ataque, el equipo no encontró soluciones, y la defensa, habitualmente sólida, cedió demasiados goles fáciles. El resultado final fue una derrota contundente en un día en el que nada salió bien. Toca pasar página y preparar los últimos tres partidos antes del parón navideño, con el objetivo de recuperar sensaciones y volver a la senda de la victoria.