Otra derrota este último fin de semana para el Mek Eibar Eskubaloia Plata, en su enfrentamiento contra las vecinas Errotabarri Eskubaloia (15-20), aunque esta vez con otro sabor de boca. El equipo eibarrés mostró un gran inicio, ejecutando el plan de partido con precisión. La defensa fue clave para frenar los contraataques de las rivales, mientras que en el ataque, la paciencia y las decisiones acertadas mantuvieron al equipo de Andoni Pérez en la contienda. Sin embargo, un par de fallos en el ataque antes del descanso permitieron que la ventaja se escapara, y se fueron al medio tiempo con dos goles abajo.
La segunda parte fue una lucha constante por parte del equipo para empatar el partido y mantenerse en la lucha por la victoria. A pesar de tener más de cuatro bajas en el equipo y enfrentarse al segundo clasificado, el las chicas de Plata mostraron determinación y ofrecieron un espectáculo en un cancha de Ipurua repleta de gente tanto de Eibar como de Ermua. Aunque la entrega fue total, los fallos en los lanzamientos al final del partido inclinaron la balanza a favor de las ermuarras.
Por otro lado, el masculino de Primera Nacional ganó al Beti Onak (26-27) que, aunque no realizó un buen juego en su conjunto, demostró la capacidad de llegar al tramo final con opciones de victoria. La falta de intensidad defensiva y errores en lanzamientos claros afectaron el desempeño inicial, manteniendo al equipo empatado o por debajo en el marcador.
Durante la segunda parte, sin embargo, el Mek Eibar Eskubaloia mostró una mejora significativa en la defensa, lo que permitió al equipo llegar al tramo final con el marcador ajustado. Finalmente, gracias a una destacada acción del capitán eibarrés Axier Gisasola, a falta de 9 segundos, el equipo de Fernando Fernández logró asegurar la victoria.
Además, indispensable felicitar a las cadetes entrenadas por Ane Montiel y Andoni Pérez, quienes, tras enfrentarse a duros rivales como han sido el Elgoibar, Urdaneta y Saieko, han conseguido superar la fase de ascenso a Liga Vasca. Un fin de semana repleto de emociones que, seguro, tardarán en olvidar.